La etapa de los siete a los once años, es fundamental para la adquisicion y desarrollo de una variedad de habilidades claves.

Durante estos años, los niños y niñas amplían y consolidan habilidades de independencia personal, académicas y sociales. Estas capacidades son esenciales para un desarrollo equilibrado, pero pueden ser insuficientes o inadecuadas, y en tales casos, necesitan una estimulación adecuada a las características específicas de cada niño o niña.

Con mi experiencia en psicología infantil y adolescente,  cuento con los métodos y herramientas más apropiados para apoyar a los menores con necesidades especificas.

Adopto un enfoque centrado en el niño o niña como un ser único, en lugar de abordar simplemente “problemas del desarrollo”. Esto implica que no me  limito a tratar condiciones como la dislexia o el déficit de atención, sino que trabajo con escolares que enfrentan dificultades en áreas como la lectura, escritura, cálculo, alimentación, sueño y relaciones sociales, considerando sus características individuales y familiares.

Mi proceso de intervención comienza con una evaluación exhaustiva de las características personales del menor, así como de su entorno familiar, escolar y social. Basándome en esta evaluación, diseño y llevo a cabo un Plan de Apoyo al Desarrollo Individualizado, adaptado a las necesidades específicas de cada niño o niña.